Perdidos por el espacio y el tiempo

The Lost Vikings es un videojuego de plataformas clásico desarrollado por Sylicon & Synapse, ahora Blizzard Entertainmenty e Interplay en 1992 para la consola Super Nintendo. Podemos decir que el juego estaba preparado para un jugador, no obstante, podía ser jugado por dos, repartiéndose el control de los personajes indistintamente.

Los protagonistas son tres vikingos: Erik, Olaf y Baleog, cada uno con diferentes habilidades que combinadas permiten que pases de nivel. Erik salta y corre, incluso a la suficiente velocidad para romper muros o eliminar enemigos, Olaf emplea su escudo par su obvia función de protección y también para planear y Baleog es un guerrero con todas sus letras que emplea su espada y arco para eliminar a los monstruos que atacan a sus amigos y para activar o desactivar botones. Si alguno de ellos muere no se podrá pasar al siguiente nivel. Los personajes tienen un inventario de cuatro unidades donde pueden llevar comida (que les servirá para recuperar vida), llaves, bombas o incluso escudos.

La historia comienza cuando nuestros vikingos, después de un día de caza vuelven a sus hogares con sus familias. No obstante, durante la noche son abducidos por el malvado alienígena Tomator y antes de darse cuenta se encuentran prisioneros en su nave. Después de reunirse atravesarán la nave de su captor a través de varios niveles hasta encontrar una puerta dimensional. Al atravesarla recorrerán diferentes lugares y épocas en su búsqueda del camino de regreso con sus familias. Viajarán por la Prehistoria, el Antiguo Egipto, una fábrica, y un mundo bastante absurdo (como un gran pastel) para regresar por último a la nave de Tomator y enfrentarse a él por su libertad.

Los diálogos entre los personajes son divertidos, con algunos guiños e incluso comentarios hacia el jugador. Recuerdo un nivel que me costó muchísimo pasarme y Baleog me advirtió de que si volvía a fallar mi Super Nintendo estallaría. Y además, tenían una música genial.

En definitiva, un juego entretenido, divertido y curioso.

¡Hasta la próxima Crazy Gamers!